Don Agustín Ventura continua con
sus razonamientos diciendo: “Mariano González Baldoví, en un amplio
estudio sobre la custodia publicado en el Catálogo colectivo de la
Exposición Borjana de 1995 en el Museo de Xàtiva, y en la revista
“Papers de la Costera”, num. 11, 1998, págs. 114-145, niega rotundamente
sin aportar ninguna documentación, las dos leyendas sobre la custodia.
La primera respecto a su fabricación en Lleida efectivamente queda
invalidada, pues, ahora tenemos la certeza que fue hecha en Valencia,
según el documento que hemos descubierto. También sabemos que su
confección fue sufragada con fondos de la Colegial. Pero
tradicionalmente se ha llamado la “custodia de Alejandro VI”.
Tal vez con ello sólo se quería decir que se hizo en la época de su
pontificado, cosa que ahora se confirma con la fecha de 1502. O tal vez
realmente hubo una donación de plata traída por Colón de América, que
éste habría entregado a los Reyes Católicos, que estaban en Barcelona el
30 de abril de 1493 (o en sus dos viajes posteriores), y que éstos
habrían regalado al Papa, y a su vez, Alejandro a su ciudad natal. De
hecho por esta razón esta custodia figuró en la exposición conmemorativa
del IV centenario del Descubrimiento celebrado en Madrid en 1892”.
Luego el profesor Ventura añade las opiniones de distintos historiadores
que ya hemos mostrado en el capítulo anterior.
¿Podría ser cierta la leyenda de la plata americana? Es la pregunta de
Agustín Ventura. Y razona la respuesta con esta palabras: “Parece que la
fecha de fabricación de la custodia en 1502, después del descubrimiento
de América y antes de la muerte del Papa Alejandro, 18 de agosto de
1503, confirmaría o avalaría la posibilidad de la leyenda.
Colón regresó de América en su primer viaje el 30 de abril de 1493, a
Barcelona, donde estaban en aquellos momentos los Reyes Católicos. Allí
estuvo el rey Fernando desde el 28 de octubre de 1492 hasta el 4 de
noviembre de 1493.
Basta ver el libro de Antonio de la Torre, Documentos sobre relaciones
internacionales de los Reyes Católicos, Barcelona, 1962, especialmente
los tomos IV, V y VI, que comprenden los años 1492- 1504, para saber
cómo era de fluida la correspondencia de los Reyes con el Papa
Alejandro”.
Total que Ventura Conejero, después de señalar la cantidad de personajes
setabense en la Corte papal y en la de los Reyes en Barcelona en
aquellos años, afirma que muy bien podría ser realidad la leyenda de la
plata de América, traída por Colón a Barcelona y regalada por el Papa a
su ciudad natal para fabricar una custodia excepcional. Hasta aquí el
trabajo de don Agustín Ventura, investigación preciosa y digna de tener
en cuenta a la hora de estudiar nuestra Custodia Mayor de la Colegiata.
Mariano González señala, basándose en los libros de las Visitas
Pastorales del Archivo Colegial, las distintas intervenciones que se han
llevado a cabo en la Custodia a través de los años desde 1632 hasta
1992.
Yo sí quiero contar, según el Archivo Colegial, las vicisitudes por las
que pasó la Custodia a consecuencia de la Persecución Religiosa y como
consecuencia el asalto, robos y quema del arte de la Iglesia Colegial
entre los años 1936-1938.
Y también la vuelta de este gran tesoro a la Colegial después de la
Guerra.
Tengo en mis manos el libro de actas del cabildo 1939-1948, el cual
mandé encuadernar y al estudiar cada una de las actas encuentro datos
muy interesantes referentes a la custodia desaparecida durante la
Guerra.
El Cabildo decide enviar a Madrid al sacristán de la Colegiata, don José
Bataller, a una exposición de objetos robados durante la guerra por si
en ella hubiera algo de lo mucho que desapareció en la Seu.
El sacristán no había encontrado nada en Madrid. Entonces el Cabildo
decide comprar una nueva custodia para el Santísimo, ésta sería sencilla
pero muy digna. Y el día del Corpus de 1943 se estrenó la nueva
custodia.
Una enorme alegría invade al cabildo al llegar la noticia de que se
había encontrado la custodia, ésta había desaparecido durante el saqueo
que sufrió la Colegiata en 1938. La noticia llega en 1944. Y llega la
custodia a la Colegiata y el abad lo comunica con estas palabras: “he
recibido el anda del Santísimo pero ésta ha venido mutilada, ignorándose
hasta el presente dónde pueden encontrarse las piezas que faltan”. (acta
del 1 de abril de 1944). Al encontrarse en este estado no se puede sacar
en procesión solemne el día del Corpus, pues le falta la base.
Don Francisco Pajarón Andreu, platero de enorme fama en Valencia será el
encargado de restaurar la custodia en 1948, quien reprodujo la base a
partir de fotografías conservadas en el archivo.
Luego en 1989 se quiso restaurarla de nuevo desde la Dirección General
de Patrimonio de la Generalitat Valenciana, se acudió a Francisco
Pajarón, hijo, sito en la calle de la Paz de Valencia. Y por último en
1990 la misma Dirección de Patrimonio encarga, esta vez a los orfebres
Antonio y Enrique Piró la restauración de la custodia cuyos trabajos
duraron hasta 1992.
Y así hemos llegado hasta el momento presente.
Quisiera, para terminar esta larga síntesis histórica de nuestra
custodia, copiar textualmente una de las muchas descripciones que se
hacen de tal excelsa joya, en este caso lleva la fecha de 1560, dice
así: “Item, una custòdia tota d’argent blanca, que serveix per a portar
lo Sant Sacrament dia del Corpus, ab quatre pilars d’argent, i alt la
spiga i entorn d’aquella tot d’argent obrat de talla, i baix lo peu
clavat en bastiment de fusta daurat, ab quatre profetes i titols
d’argent, ab los cabelles i barbes daurades i tots ab corones d’argent.
Item en lo araceli dins la dita custòdia daurada en lo qual, per lo
entorn den mig y ha sinquanta quatre perles ab setse balaxos.
Item, a la una cara al entorn del vidre hia trenta sis perles grosses ab
quatre balaxos, tot engastat en argent, frent a mateixa ara. En lo alt
d’aquella y ha una image de santa maria Magdalena d’or masís, ab quatre
perles grosses engastades entorn de dita image, i en la mà ezquerra un
robí en loch del pot, e baix en dita part del vidre y ya hun àngel d’or
masís, ab quatre perles engastades en lo mateix àngel i dos pedres: la
una, taula de diamant, i l’altra, safi r, molt fines; e davall lo àngel
un fermall d’or ab la imatge de santa Bàrbara, ab dotze perles entorn i
tres en lo mig; e més, una pedra blava engastada d’or i ligada ab fi ll
de seda i or; e mès, un angelet de nàquera ligat ab fi ll de ferro. E a
l’altra part o ara del dit araceli y ha trenta i sis perles grosses
engastades a l’entorn de l’araceli, ab quatre balaxos, e en lo baix, hun
fermal de nàquera: a la una part, la Salutasió, i a l’altra part, la
nativitat de Nostra Senyora, d’or, lo qual està penjant ab nou perles
engastades en dit fermal; e més baix y ha altre fermall d’or ab sis
perles engastades en dit fermel e una perla engastada en or penjant en
hun dilet d’or, e altra pedra crestallina en or engastada en or. Les
quals perles acumulades prenen suma de cent sexanta zinc”.
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