Papeles de historia 10

 

Desde la Colegiata de santa María de Xàtiva

Aproximación a una historia

 

ARTURO CLIMENT BONAFÉ
A
BAD DE XÀTIVA

ÍNDICE

 

10. INTERVENCIÓN DEL ARZOBISPO 
DON ANDRÉS MAYORAL

 

 

Fueron muchas las vicisitudes por las que pasaron las obras de la Colegiata; el Cabildo supo de todas ellas y las sufrió en carne propia. No podemos olvidar que la Seu de Xàtiva es un enorme proyecto y había que llevarlo a feliz término.

El arzobispo Andrés Mayoral vino a inspeccionar las obras de la Colegiata en 1745, una comisión nombrada por el Arzobispo se encargó de revisar e inspeccionar cada tramo de esta gran obra.

El arzobispo Mayoral estuvo muy vinculado a Xàtiva, una prueba de ello la tenemos en la “casa de la enseñanza”, fundada por él mismo.

Los primeros arquitectos parece ser que tenían el trazado de la Seu en forma de cruz griega y el Arzobispo, sabio reorganizador y muy entendido en arquitectura y arte, pidió que cambiaran los trazos y los convirtieran en cruz latina, o sea, alargaran los píes del templo, pues de la otra manera quedaba demasiado pequeña.

 

Arzobispo Mayoral

 

El Beato Gonzalo Viñes en su libro “La Patrona de Játiva” página 11 describe la visita del Arzobispo y el estado de las obras, dice: la falta de contrarresto de los arcos y muros del crucero determinó el desplome de los machones anteriores y la tendencia a ceder la fábrica en este sentido. Testigos de ello son la inclinación no pequeña de dichos machones hacia poniente, y la facilidad con que se agrietaron los muros laterales del referido crucero en los terremotos de 1748. para conjurar el gran peligro que esto entrañaba, el arzobispo Mayoral hizo venir para dicha inspección a don Felipe Gavilá, a don Jaime Bort, arquitecto de la catedral de Murcia, al arquitecto de Játiva don Casimiro Medina y a los Maestros de Obras de Valencia. El reconocimiento se hizo en los días 29 y 30 de mayo y primero de junio de este año.

Se hizo un importante informe muy detallado estudiado y firmado por el Director de la fábrica Fr. José Alberto Pina, fechado el 7 de febrero de 1753.

El Arzobispo dejaba en buenas manos las obras de la Seu de Xàtiva y prometió que volvería a bendecir e inaugurar el término de estas obras señaladas por el mismo prelado. Y así ocurriría en los primeros días de agosto del año 1753 en las fiesta de la Mare de Déu de la Seu.

¿Quién era el arzobispo Andrés Mayoral?

Andrés Mayoral había nacido en Molacillos (Zamora) en marzo de 1685. fue canónigo magistral de León y canónigo lectoral de Sevilla.

El Papa Clemente XII lo nombró el 9 de abril de 1731 obispo de Ceuta, preconizándole el mismo Papa el 25 de enero de 1736 al arzobispado de Valencia. El 8 de septiembre hizo su entrada en la ciudad de Valencia.

Desde el primer momento de su llegada a Valencia puso todo su empeño en la renovación pastoral. Visitó todas las parroquias de la diócesis, procurando atender sus necesidades, dotándolas de cuantos enseres y ornamentos litúrgicos pudiesen necesitar.

Se preocupó de cuidar la disciplina del clero, un poco descuidada por los tiempos que corrían, dio normas sobre la administración de sacramentos, ceremonias sagradas, oficio divino, cumplimiento de sufragios, inversión de las rentas piadosas y de los bienes eclesiásticos. En 1762 dispuso que los libros parroquiales se escribieran en castellano; aunque en los ayuntamientos ya hacía años que se escribía en castellano. En muchas parroquias continuaban escribiendo en valenciano. Y además tengamos en cuenta que hasta el siglo 19 los libros de la administración parroquial se escribían en la lengua valenciana. Esto es algo que algunos achacan al arzobispo Mayoral todavía hoy, afirmando que no favoreció el valenciano en la vida de la Iglesia de Valencia.

Proyecto de fachada principal de la Colegiata 
realizado por D. Jaime

 

Don Andrés Mayoral consciente de los tiempos que corrían por las ideas enciclopedistas que llegaban de Francia fundó en Valencia la Casa de Santa Rosa para la educación. En ella se educaban más de mil niñas. Erigió y dotó igualmente otros colegios en distintos puntos de la ciudad y varios pueblos.

Mandó construir muchos templos, colegios; apoyó económicamente la Academia de Bellas Artes. Fundó en el Arzobispado una biblioteca con más de 12.000 volúmenes. Invirtió grandes cantidades en el Hospital General, Colegio Imperial de Huérfanos de san Vicente Ferrer y Casa de la Misericordia, donde llegaron a repartir diariamente 4.500 comidas. Ayudó a monasterios pobres, a los labradores y a las doncellas pobres.

Murió el 6 de octubre de 1769 cuando contaba con 84 años de edad y fue sepultado al pie del altar mayor. En 1941 sus restos fueron trasladados al panteón del Cabildo Catedralicio. Últimamente se ha colocado en un altar restaurado de la girola de la catedral.

Fue un gran arzobispo, pastor celoso y gran trabajador, preocupado por su diócesis y todos sus fieles.

Y tal y como prometió el Arzobispo vino a Xàtiva a bendecir las obras por él encomendadas y ya acabadas. Llegó a la ciudad el 31 de julio y se hospedó en casa del Deán. El cabildo salió a esperarle a las salinas de Manuel.

Nave lateral de la Colegiata

 

El día 1 de agosto fue el señalado para la traslación de la imagen de la Mare de Déu de la Seu. Todo el pueblo manifestó con entrañable ternura su amor a la Virgen. El nuevo templo estaba iluminado y engalanado. Este templo llegaba tan solo al crucero y no más. Al llegar al altar se entonó en Te Deum Laudamus. Luego se colocó la imagen en su sitió. Al acto asistió el Ayuntamiento en pleno.

Llegó el día 5, fiesta de la Patrona de la ciudad y último día de festejos. Misa Pontifical por la mañana con asistencia del Cabildo en pleno y del Ayuntamiento; los fieles llenaban el templo. Por la tarde Vísperas solemnes y procesión general con la imagen de la Santísima Virgen María la vuelta fue al revés como la del Corpus. Hizo estación en el convento de la Consolación y como ya es costumbre en santa Clara, lugar del Milagro del Lirio. Muchas fachadas de casas y de conventos estaban bellamente engalanadas para la procesión.

Aquella fiesta animó a los setabenses a seguir con las obras de la Colegiata. Llegando al crucero todavía están muy atrás del proyecto propuesto de cruz latina.

La visita del Arzobispo había sido un balón de oxígeno para todos. Había que idear la forma y los medios para seguir con las obras. La Seu había que terminarla.

Lo ya inaugurado pedía a gritos un trono para la Reina de Xàtiva: la Mare de Déu de la Seu. El retablo fabricado en el siglo anterior, aunque rico en arte, quedaba pequeño, no llenaba ni respondía a la grandiosidad del ábside. Muy pronto surgió una familia decidida a hacer frente a otra obra colosal: el actual retablo del altar mayor. 

 

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