Ermita de Sant Josep

La Ermita está dedicada a sant Josep y a santa Bárbara, aunque hoy tan sólo se nombre al Santo Patriarca. Pero las dos imágenes juntas aparecen sobre una de las puertas del eremitorio. Antes de la persecución religiosa que sufrió la Iglesia de España en 1936, estuvieron las dos imágenes titulares en el altar mayor; eran dos esculturas del siglo XVI que, junto con otras obras de arte y el órgano, fueron a parar a la hoguera sacrílega.

Santa Bárbara fue patrona del Gremio de albañiles de vila de Xàtiva y sant Josep, de los carpinteros, de ahí que la Ermita se dedicara a los dos santos protectores de estos dos importantes gremios setabenses.

En los Archivos de la Colegiata consta que ya en 1573 se celebraba la fiesta a los Santos titulares en su Ermita. Según Carlos Sarthou, la Ermita primitiva que cita los Archivos se reduciría hoy a un pequeño atrio o vestíbulo, entre la puerta de entrada y el coro alto, o sea la techumbre de la vieja torre; allí existen unas bóvedas góticas de crucería con florones y cuatro ménsulas angulares decoradas, que sirven de apoyo a las nervaturas. Este conjunto antiguo es de gran belleza, preciosa reliquia de los siglos XV y XVI.

Retablo de Santa Bárbara

La iglesia tal como hoy la vemos es fundamentalmente una construcción del XVIII Y XIX. Amplia, grande y espaciosa, de estilo clásico, fue dirigida su construcción por el arquitecto setabense fray Vicente Cuenca Pardo (1765-1845). Alrededor del año 1800 se construiría la Ermita. Posee unas elegantes y amplias proporciones de planta de cruz latina que incluyen torre campanario, cúpula y crucero, una extensa sacristía y casa de ermitaño, y mantiene además de las estructuras medievales antes indicadas, lo que pudo ser una Ermita construida en el siglo XVI y dedicada a ambos santos.

El retablo mayor es de estilo Corintio, se compone de dos columnas y dos pilastras con bases de mármol de Buixcarró. Su decoración es muy clásica. En el centro una enorme hornacina donde hoy está colocada para la veneración de los fieles la imagen de sant Josep y Jesús adolescente.

Todas las bóvedas, la cúpula y cornisas tienen casi los mismos adornos: flores de girasol, estrellas en la cúpula, pequeñas rayas y dibujos simétricos que, con un verde claro elegante, dan un toque de hermosura que invita al recogimiento junto con la alegría que produce el color blanco que es lo dominante en toda la Ermita.

Dos retablos similares al mayor están colocados en el crucero, con dos hornacinas donde se venera a la Sagrada Familia, en una, y, en la otra, la imagen de san Antonio Abad.

Debemos señalar el importante interés de toda la colección epigráfica con inscripciones funerarias y conmemorativas que incluyen las paredes y el suelo de la Ermita, todas ellas de Buixcarró. Resultaría interesante leer cada una de estas piedras.

No podemos pasar por alto la calidad de la talla y decoración de las puertas de madera de pino, magníficamente trabajadas con adornos referentes al Gremio de Carpinteros como son el hacha, la sierra, el compás, que se reparten en las diversas dependencias de la Ermita.

La simbología de los Santos titulares está esculpida por distintos lugares de la Ermita tanto en su interior como en el exterior; son la torre y la vara florida con un lirio.

A sant Josep se le representa siempre con una vara en flor, símbolo de su castidad, sencillez y candor de alma, limpieza de corazón. Las leyendas piadosas apócrifas asocian que floreciera la vara a una intervención divina unida a la elección de José para esposo de la Virgen María. Siempre se une la torre a la iconografía de santa Bárbara; ella fue encerrada en una torre por su propio padre antes de sufrir el martirio.

Encontramos estos signos en la puerta lateral, en la bóveda de la sacristía, en el retablo del altar mayor y en una preciosa pila de Buixcarró, entre otros. Los dos símbolos en la Ermita de Xàtiva son inseparables.