Deán de la colegiata de Xàtiva
Anciano y achacoso, el arzobispo don Joaquín López Sicilia pidió que el deán de Xàtiva, don Vicente Irles Llácer, fuese nombrado obispo auxiliar. El Gobierno y la Santa Sede aceptaron porque el candidato reunía buenas cualidades y al Nuncio Amat se le encargó que formara el proceso canónico necesario para su preconización, pero este retrasó las gestiones ante la confusa situación política del país por el fundado temor de una inminente ruptura de las relaciones diplomáticas entre España y la Sede Apostólica, que se produjo en 1835, de modo que el proceso de Irles no se hizo y su nombramiento, como los de otros muchos candidatos a sede vacantes, quedó suspendido.