Forma parte del retablo de los Martí, culmina el retablo como es costumbre. Quizá sea una de las tablas más estropeada del conjunto pictórico. A decir verdad, la restauración le ha devuelto la gran belleza y expresividad que el Mestre de Xátiva le quiso dar en el siglo XV. Cristo clavado en la cruz rodeado de su Madre y el Apóstol san Juan. El paisaje muestra la Ciudad Santa. La tierra está empapada por la sangre de Cristo.

El retablo conduce al remata de la obra que es la Crucifixión del Señor. La catequesis resulta perfecta. La redención del género humano se realiza mediante la muerte de Jesucristo en la cruz en el Calvario de Jerusalén. Allí paga la factura del antiguo y nuevo pecado del hombre. Cristo es el Salvador, salva en carne propia entregando su vida al Padre. Allí está la Madre Dolorosa, afligida y cooperadora de la redención. Y Juan, el apóstol más joven de los Doce. Jesús al entregar su Madre a san Juan, con ese gesto, María se convierte en Madre de todos los hombres.

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