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Tabla pictórica realizada aproximadamente a principios del siglo XVII y que iconogáficamente representa a los Santos Juanes. En la composición pictórica aparece representada a la izquierda la figura de San Juan Bautista y a la derecha San Juan Evangelista. Estos personajes aparecen en la escena acompañados de otras figuras pudiendo atribuir su identidad a San Simón y a San Andrés, aunque no hay ningún atributo visible, excepto el cordero a los piés del Bautista.

El estado de conservación no era bueno debido a las malas condiciones y la dejadez que sufría esta tabla: cubierta de polvo, restos adheridos, excrementos, manchas de humedad, barro y tierra. También había sido manipulada la tabla varias veces, sufriendo agresiones en toda la tabla lo cual le había llevado a pérdidas importantes. La pintura es buena.

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Se les representan muchas veces juntos a los Santos Juanes.

El Bautista, el hombre más grande nacido de mujer, comunica fuerza, fuego en su mirada y a la vez templanza, recto criterio. Es la voz que grita en el desierto; precursor de Jesucristo, tiene el honor de bautizar al mismo Jesús en las aguas del Jordán y finalmente muere mártir por la verdad.

San Juan Evangelista, es el más joven de los doce Apóstoles, aunque muere ya muy mayor y aunque martirizado varias veces, vence todas las pruebas y muere desterrado en Patmos y de muerte natural. Autor del cuarto Evangelio presenta a Jesús como Señor y Salvador. Sensible y dulce goza de gran amistad con Jesús.

Es el único hombre al pié de la Cruz y recibe de Cristo el encargo de cuidar a la Virgen María.