Sobre tabla recortada está pintada la Virgen Dolorosa. Es una pieza del siglo XVI y que ha ido de aquí para allá, hasta ir a parar al montón. El Grupo Art restauro ha recuperado la originalidad de la pintura, es de buena factura. Se han quitado los repintes añadidos, se ha limpiado y restaurado. Podría haber formado parte de un antiguo retablo, lo cierto es que reclamaba a gritos su restauración.

El Evangelista san Juan nos cuenta la escena del Calvario: junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás y María la Magdalena. La Virgen María llevava ya sobre ella la profecía de Simeón, cuando al cumplirse 40 días del nacimiento de Jesús fueron al templo y este Anciano Justo dijo a María que una espada atravesaría su alma. Esa espada invisible nunca se apartó de la vida de la Santísima Virgen. En la tabla aparece bien definida. María, Mater Dolorosa, estaba al pié de la Cruz, como las Matriarcas del Antiguo Testamento, la Mujer fuerte. Allí recibió la maternidad universal.

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