Continúa el testimonio del Padre esparza:

Padre, ¿Y la caridad, cómo la practicó la Sierva de Dios Adela?

Al hablar del Siervo de Dios Manuel, su esposo, ya expresé que ambos eran cómplices en la práctica de la caridad. Lo reafirmo ahora al hablar de Adela. ¡Los dos vivían la caridad, esa caridad constante, entregada y firme! La caridad de Adela era la expresión de lo que ella vivía, de lo que era su misma vida. Su caridad era siempre a fondo perdido. En su casa cabían todos. ¡Cuántos ejemplos y testimonios cuenta la gente de Xàtiva”! Repartía sin cesar, a nadie le negaba nada y siempre con la sonrisa en los labios. Fue un ejemplo de santidad y de generosidad.

Eso no quita que Adela no luchara por admirir una fe fuerte y viva. Estudiando sus escritos pude ver la lucha en medio de la oscuridad por lograr la firmeza en la fe, su deseo de purificación que va unido a su devoción hacia el mártir de Xàtiva san Jacinto Castañeda, aquien ella tanto quería y admiraba. Se negaba a sí misma ante la cruz de Cristo; ella sabía que ante la oscuridad brillaría la luz de Cristo resucitado. Y es que la vida de fe no es fácil para nadie, tampoco lo fue para ella. Pero salió victoriosa de todas las pruebas como refleja en sus versos.

Todos recuerdan como don Manuel desde la farmacia practicaba la caridad. Tengo muchas anécdotas preciosas que muestran eso que estoy diciendo. Allí muchas personas iban sin dinero a por medicinas. Él nunca apuntaba las deudas y cuando murió, murió de repente, los hijos dijeron: “¡Lo que Papá hizo, hecho
está!”. Adela apoyaba a su marido en esta caridad constante, es más, le animaba. Y ella continuó después de la muerte del Siervo de Dios. La práctica de la caridad que este matrimonio ejerció es más que suficiente para iniciar el proceso de canonización. Repito: eran complices en la práctica de la caridad.

Al morir don Manuel la santidad la heredó Adela. Y eso es chocante, pues Manuel aprendió de Adela a ser cristiano, ya se lo dijo cuando comenzaron a salir juntos. Desde novios se propusieron vivir la santidad

Padre, ¿Por medio de los escritos de la Sierva de Dios, usted, afirma tenemos motivos para iniciar el proceso de canonización, vivió y practicó las virtudes cardinales como esposa, madre y viuda?.

Los dos eran santos vivientes. Yo lo defiendo totalmente. Vieron las virtudes de la fe , la esperanza y la caridad, sobre todo, de manera heróica. Lo digo muchas veces: ambos eran complices en la practica de la caridad y en la santidad. Eran seglares muy convencidos de la presencia de Cristo en sus vidas. Amaban a la Iglesia. Estaban integrados en la Parroquia y trabajaban en muchísimas instituciones parroquiales.

Adela era una mujer prudente, no dada al chisme ni a comentarios. Era prudente, sencilla, amable, como ya he dicho anteriormente. Era una santa viviente. Gracias a la fortaleza, virtud cardinal, pudo con todo lo que llevar adelante la familia supuso. Nunca se desanimó. ¡Pudo con todo!.

Este es el testimonio del Padre José Esparza, dominico y autor de la obra: “Un matrimonio para la historia”.

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