Año Jubilar de 1500

Pablo Ortega Aznar

Hace pocos años celebramos el Jubileo del año 2000, aún permanece vivo en nuestro recuerdo este acontecimiento tan grande para la Iglesia. Fueron varios los años que sirvieron para la preparación del Jubileo, y el año 2000 se convirtió en año de peregrinación por excelencia para todos los cristianos a la ciudad eterna: Roma. Si fue ocasión de tanto movimiento en este año 2000, os puedo decir que no menos fue toda la preparación y movimiento del Jubileo del año 1500, cuando Alejandro VI lo proclamó Año Jubilar. Ya nuestro querido Papa Alejandro VI quiso que se convirtiera en un año de peregrinación y de conversión para todos los cristianos. Empezó también su preparación unos años antes, para que todo cristiano viviera la importancia de este acontecimiento jubilar y de gracia.

Puerta Santa. 
Basílica de San Pedro.

En el año 1500 eran miles y miles de peregrinos los que pasaron por Roma como peregrinos para alcanzar la gracia jubilar. Este año jubilar tuvo unas características particulares respecto al año jubilar 2000. Por un lado, la seguridad de los peregrinos era mucho más precaria en el año 1500 que en el 2000. Se produjo junto a la gran afluencia de peregrinos en Roma, la aparición de ladrones y salteadores de caminos. Había mucha violencia y delincuencia. En este caso el Papa Alejandro VI estuvo muy pendiente de que reinara el orden y la seguridad en las calles de Roma, protegiendo a todos los peregrinos que venía de tan distintos lugares para conseguir la gracia jubilar. Por otro lado, en el año 1500 la situación histórica estaba marcada por el avance del Imperio Turco hacia Occidente. Se libraban muchas batallas entre los reinos de Occidente y el Imperio Turco, estando en esta ocasión el Papa Alejandro VI junto a los reinos de Occidente velando por la cristiandad. Este apoyo se manifestó de forma concreta en la colaboración económica que ofrecía los Estados Pontificios a los ejércitos de Occidente Y en este año jubilar, muchas de las ofrendas de los fieles estaban destinadas a la defensa de la cristiandad contra los turcos, como nos cuentan los historiadores.


Muchas otras cosas podríamos resaltar que marcaran la diferencia entre ambos jubileos, pero también se observa que muchas son las cosas que permanecen de este espíritu jubilar.

Bonifacio VIII anunciando el primer jubileo el año 1300.
Fresco de El Giotto.
Basílica San Juan de Letrano. Roma.

Podemos ver como el espíritu jubilar permanece a lo largo de los siglos. Ya se observa que en el jubileo de 1500 había una fe profunda que movía a los cristianos a peregrinar a Roma, venciendo todas las dificultades con espíritu de sacrificio. Buscan el encuentro con Cristo resucitado, buscan la conversión de sus vidas. Salen de sus casas, de su comodidad para encontrarse con el que es el sentido de sus vidas: Jesucristo. Sienten la necesidad de manifestar públicamente su fe y de forma comunitaria. Y es por ello, que vuelven reconfortados de la peregrinación a Roma. Junto a otros muchos cristianos han manifestado su fe en Cristo, su amor a Dios y a la Iglesia y así sienten la fuerza del espíritu en su interior que les empuja a vivir con alegría y con esperanza su fe. Todo este sentir de los cristianos que peregrinan para alcanzar la gracia jubilar también se manifiesta en el mismo Papa Alejandro VI que salió como un peregrino más a alcanzar la gracia jubilar el 14 de abril, como nos cuentan los historiadores. Participa de la fe y de la esperanza de tantos cristianos que se acercan a Roma como peregrinos para alcanzar la gracia del jubileo, siente con ellos la alegría del encuentro amoroso con Cristo, el Señor de la misericordia y el perdón.

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